La ciberdelincuencia ha evolucionado a la par de las innovaciones tecnológicas. Hoy, herramientas como la inteligencia artificial (IA) no solo impulsan avances positivos, sino que también han sido utilizadas frecuentemente por atacantes para perfeccionar sus métodos. Los deepfakes videos o audios hiperrealistas creados con IA, por ejemplo, representan un salto cualitativo en el engaño digital.

Lo que antes era un correo phishing mal redactado hoy se convierte en una llamada urgente de un "directivo" o un video falso de un familiar pidiendo dinero. La línea entre lo real y lo ficticio se desdibuja, y las consecuencias son alarmantes.

Acceso ilegal a sistemas

Los ataques de phishing ya no se limitan a mensajes de texto o correos sospechosos. Ahora, los ciberdelincuentes usan deepfakes para suplantar a empleados, ejecutivos o contactos conocidos. Incluso recibir una videollamada de algún directivo pidiendo acceso urgente a sistemas críticos. La voz, los gestos y hasta el fondo de la oficina en pantalla parecen auténticos. Con técnicas de ingeniería social, logran manipular a sus víctimas para robar credenciales, instalar ransomware o espiar datos sensibles. El factor sorpresa y la urgencia son sus mejores aliados.

Deepfakes y desinformación

Más allá del robo de datos, esta tecnología se emplea para manipular la opinión pública. Con un video bien elaborado, es posible generar caos en horas. Empresas y figuras públicas son blancos frecuentes, ya que un solo video falso puede tener repercusiones en su reputación. La viralidad en redes sociales agrava el problema, muchos usuarios comparten contenido sin verificar su autenticidad, amplificando el daño.

Fraudes financieros

Los delincuentes han refinado sus tácticas para atacar cuentas bancarias. Mediante llamadas o mensajes de voz falsos, se hacen pasar por familiares en apuros, asesores financieros o incluso funcionarios gubernamentales. El realismo del audio que replica hasta el acento de la víctima suplantada convence incluso a los más escépticos.

Claves para no caer en la trampa

Protegerse exige combinar escepticismo saludable con acciones concretas:

  1. Analiza los detalles:
    • Busca inconsistencias en videos: iluminación extraña, movimientos bruscos no naturales o desincronización entre labios y voz.
    • Desconfía de audios con pausas antinaturales o frases fuera de contexto.
  2. Verifica por canales alternos:
    Si sientes que la persona que te está pidiendo mucha información por un medio de comunicación extraño o no habitual, y que además actúa con mucha urgencia, mejor tomate el tiempo para comprobar que si sea la persona con la que estás hablando, enviándole un mensaje o correo por un medio comunicación habitual y en el cual estés seguro de que si sea dicha persona. Con esto lograrás evitar y comprobar si con la persona que estás hablando es quien dice ser.
  3. Crea contraseñas de contingencia:
    Acuerda frases o códigos con las personas de confianza que solo conozcan entre ustedes, esto dificultara la suplantación.

 

Hemos sido testigos de los últimos años, la tecnología evoluciona rápidamente, con lo cual debemos de mantenernos actualizados a las últimas tecnologías y tendencias del momento para fortalecer nuestra capacidad de respuesta. De este modo, estaremos al tanto de las nuevas tácticas que se utilizan para tratar de hacernos caer en un engaño.